Los colores: en Marsella son azul en dos tonalidades; rojo; vivos amarillos; color carne y algunos verdes; confunden la zona del cuerpo del Diablo con los condenados en la parte inferior de la carta.

Los personajes condenados: parecen indeterminados sexualmente; incluso comparten la misma cornamenta con el Diablo de forma de alce o ciervo. Ambos tienen cola.

El Diablo representa las fuerzas de la tentación que pueden llevar al exceso y al materialismo. Cuando aparece esta carta en una lectura, puede ser una advertencia de que estás demasiado enfocado en lo product o en la búsqueda de placeres superficiales, posiblemente a expensas de tu bienestar espiritual o emocional.

El Tarot nos habla del intercambio amoroso de Thoughts, de la escucha activa del que enseña y del que aprende, de la apertura al conocimiento , la integridad espiritual y la concordia, como las claves para conformarnos en sociedad.

Lo que sí se sabe es que la aparición del Diablo en una lectura del Tarot es una señal de que alguien está luchando con sus propios miedos y deseos internos. Puede ser un recordatorio de que la persona debe prestar más atención a sus necesidades y deseos personales, y hacer cambios en su vida para que sus deseos se materialicen.

El hombre y la mujer desnudos: A diferencia de la carta de Marsella, aquí se ve con claridad que son dos seres de sexos opuestos que están atados a su pasiones. El hombre posee una cola en llamas y la mujer una especie de copa que está colmada de frutos, quizá prohibidos.

Desde una perspectiva espiritual y psicológica, El Diablo nos invita a explorar los aspectos de nuestra vida que tal vez hemos ignorado o rechazado. Esto incluye reconocer nuestras pasiones y deseos más profundos, así como enfrentar las realidades que preferiríamos evitar.

El Diablo y El Sol se completan. Aunque El Diablo es un ser de dos sexos que sujeta una antorcha con la mano izquierda, con dos personajes atados e inactivos, en El Sol se puede decir que vemos de nuevo a los dos personajes, ya libres.

La introducción al Arcano Mayor, El Diablo, nos revela la complejidad y riqueza de su simbolismo. A través de su estudio, podemos desentrañar las lecciones que nos ofrece sobre la dualidad y view publisher site las lucha interna que todos enfrentamos en nuestro camino hacia el autoconocimiento.

El Diablo es el decimoquinto arcano mayor de la baraja. La figura principal de su carta es un diablo o un sátiro. En cualquier caso, se representa con una criatura mitad hombre, mitad cabra.

En el contexto del amor, esta carta invertida puede indicar una superación de relaciones tóxicas o dependencias emocionales. Aquellos que han estado atrapados en dinámicas poco saludables pueden encontrar la fuerza para liberarse y buscar conexiones más positivas y enriquecedoras.

Las figuras humanas que aparecen en la carta suelen estar encadenadas al pedestal del Diablo, lo que indica que sus ataduras son más psicológicas que físicas. Estas cadenas representan las adicciones y las dependencias que nos mantienen atados a nuestros miedos y materialismo.

Cuidado con los engaños o las malas intenciones de quién se acerca ofreciendo tratos muy rentables.

A pesar de sus connotaciones negativas, El Diablo puede indicar la necesidad de un despertar y un empoderamiento. Reconocer y aceptar las limitaciones o las dependencias puede ser el primer paso hacia la liberación y el crecimiento personalized.